TATA TIMBO-Taller de Arte

Nos enteramos que en Bolívar 929 hay nuevos vecinos y, como los santelmeños somos buenos anfitriones, fuimos a conocerlos. Nos encontramos con profesores jóvenes, talentosos y con mucha iniciativa que despertaron nuestra curiosidad. Eso hizo que, en una amena charla de un sábado a la mañana con sol, supiéramos de dónde vienen, qué hacen, cuáles son sus inquietudes y por qué eligieron San Telmo para desarrollarse.

Mercedes Fox (27) –muy resfriada, pero sin perder su entusiasmo-, nos comenta:”En este proyecto somos tres: Verónica Kaplansky (27), Guido Amante (25) y yo. Todos coordinamos este espacio y apostamos a él. A Vero la conocí en el IUNA donde yo estudiaba dibujo y ella pintura y cerámica. En un momento y por distintos motivos me pasé a la Manuel Belgrano -donde conocí a Guido, quien antes estudió cine y luego pintura y dibujo-, nos hicimos amigos y ahora es mi pareja”.

Cuando le preguntamos cómo se iniciaron, Mercedes haciendo un poco de historia dice que “Paralelamente al estudio, Vero -una amiga de la vida que tiene un hermoso hijo llamado Nagual- comenzó a trabajar en la Fundación Lebensohn coordinando el espacio de arte contemporáneo. Por otro lado, yo estaba dando clases de dibujo en Palermo y entonces pensamos dictar un taller de plástica para chicos en la Fundación. Nos fue muy bien aunque era agotador porque teníamos que hacer todo, desde hablar con los padres, coordinar los materiales, abrir, cerrar, limpiar etc.; pero fue un gran aprendizaje y era un proyecto nuestro al que le poníamos mucha energía y humor. Crecimos tanto humanamente como profesionalmente. Al tercer año se sumó Guido, que trajo otras ideas y retrucamos abriendo el tercer taller. Estuvimos cuatro años y las chicas de la Fundación -Silvia y Graciela- nos ayudaron mucho”.

“Pero llegó un momento en que nos quedó chico y decidimos armar un proyecto común los tres. Dejamos de lado todas las facilidades que teníamos y decidimos hacer lo que realmente queríamos. A partir de allí pensamos dónde y después de algunas idas y vueltas dijimos ¡San Telmo!, para que los chicos pudieran ´seguirnos´ y también porque sabíamos que la idiosincrasia del barrio tiene que ver con nosotros porque tiene algo cultural artístico latente, muy fuerte, que te atrae”; agrega Fox.

De esa manera recalaron en el corazón del barrio. El lugar, también resultó ser singular en la vida de estos tres artistas, de acuerdo a lo que nos cuenta Mercedes, porque “empezamos a buscar un local y cuando entramos acá, vimos la pasarela, la columna… y dijimos ¡este! Después empezamos a asociar que la dirección es capicúa, que yo pasaba con el colectivo 29 todos los días cuando iba a la Belgrano y lo miraba siempre porque me llamaba la atención el color de la pared desde la calle y algún otro detalle que se fue sumando para que todo cerrara”.

Pero había que arreglar el espacio y para ello convocaron a los amigos a través de “la fiesta de la pintura” y al terminar “la fiesta de la limpieza”, donde todos los que podían les dieron una mano y ellos les agradecieron convidándolos con una piza de Pirilo o sea bien santelmeña. Esa ayuda comunitaria permitió que el sueño se hiciera realidad el 20 de abril, cuando empezaron las clases. “Cuando terminamos de acondicionarlo queríamos que vinieran los chicos ¡ya! Para ver cómo respondían al nuevo lugar, para saber si estaban cómodos en cada rincón del taller que habíamos ideado para ellos”, señala la profesora.

De qué se trata este espacio, nos lo cuenta Mercedes cuando detalla que “es un taller de artes visuales y engloba lo que es dibujo pintura, escultura, cerámica, construcción. Los chicos tienen libertad, no importa que se vayan manchados de pintura si se justifica porque quieren usar las manos y tienen que ´quemar´ la etapa de conocer el material, pero después los guiamos a que busquen un pincel y empiecen a trabajar con él. Cuando el chico no se adapta, para nosotros es un desafío porque quiere decir que no nos estamos adaptando a él, entonces con Vero y Guido vemos alternativas para encontrar una dinámica que, a través de la actividad, funcione. Tenemos chiquitos desde tres años hasta once -diferenciándolos en grupos-, pero la idea es abrir otro taller para jóvenes a partir de esta edad”.

Observando el lugar vemos un sector (la tienda), que está en el frente del local donde tienen a la venta juguetes didácticos de madera y tela, juegos de ingenio, blanquería artesanal para chicos; entre otras cosas. “La idea es darle oportunidad de exponer sus trabajos a conocidos, para que tengan un lugar donde vender su producción. Es poder reflejar un espacio para compartir con otros artistas y que todo tenga un por qué y un sentido”; dice la entrevistada.

Seguimos recorriendo con la vista el taller y nos detenemos en una pequeña librería donde -según Mercedes- “los chicos pueden elegir el libro que quieren leer o que le leamos nosotros. Porque el ritual de leer un libro o un cuento muchos lo han olvidado, pero nosotros lo reflotamos. Creemos que la relación con el libro es mágica y por eso también tenemos un taller de literatura que dicta Xiomara Zapata. Por otro lado Jorge Quien dicta otro muy interesante de dibujo para historietas y la idea es que haya más”.

En realidad vemos que todo tiene que ver con todo y está justificado en el espacio que generaron. Es una manera de transmitir la vida comunitariamente, retroalimentándose de lo mejor del otro, buscando la diversidad como forma de enriquecimiento personal.

Asimismo, la idea de estos artistas emprendedores “es abrir el espacio para presentaciones de libros u otros eventos culturales, con el fin de compartir diferentes ramas para un logro común que es que los chicos se aventuren en los variados formatos que proporciona el arte”, concluye Mercedes.

La puerta ya está abierta, los sueños de estos tres jóvenes empiezan a concretarse, por suerte, en nuestro barrio que -según ellos- “los estaba esperando”.

TATÁ Timbó

Bolívar 929, San Telmo

FB/TATÁ TIMBÓ

Mercedes / 1560317794

Verónica / 1562306375

Guido / 1533250641

Texto y foto: Isabel Bláser

También te podría gustar...