Testimonios: Jonathan Yeferly

Parte de nuestra temática central: ¿Por qué eligo a San Telmo?

Jonathan Yeferly. Foto: Lisandro Gallo

Jonathan Yeferly. Foto: Lisandro Gallo

Militante y alumno del bachillerato popular que funciona en la sede del MTD (Movimiento de Trabajadores Desocupados, Frente Popular Darío Santillán) en Estados Unidos al 851, San Telmo.

Nací en Uruguay. Después me vine a San Telmo; viví acá hasta cuarto grado. Acá tomaba Nesquik.

Después me mudé a la Isla Maciel, ahí ya no tomé Nesquik y aprendí otras cosas: empecé a correr en patas, en cuero, sin esa experiencia hoy sería otra persona.

Después pasé a una escuela en La Boca y viví ahí por un tiempo.

Terminé viviendo en un hotel en San Telmo, que estaba subvencionado por el Gobierno de la Ciudad. Ahí aprendí lo que es la amistad. Estaba todo el día con mis amigos del hotel. Un día me di cuenta que habían pasado dos años y no había hecho nada más que estar ahí, entonces me acerqué al MTD, con mucho prejuicio primero, por la estigmatización que sufren todos los movimientos sociales.

Viví en el hotel hasta que me mudé al departamento de una compañera del MTD.

Yo al barrio lo veo desde el movimiento, desde la lucha que llevamos a cabo, desde las tomas, las luchas de las familias. Entiendo al barrio como la posibilidad de que se lleven bien todas las clases: los pobres, los ricos, los que tienen casa y los que no.

Hay un avance de la derecha en el mundo, y lo que busca es invisibilizar la pobreza y arreglar la ciudad sólo para el turismo, sólo con un fin comercial. Acá también pasa eso, los barrios, las propiedades se “enturistan”, se llevan a cabo desalojos y la gente queda boyando, sin lugar.

Veo mucha discriminación en el barrio y es algo que me da tristeza. Por eso desde el Movimiento tratamos de hacer cosas para integrar, como por ejemplo la feria de artículos de limpieza al costo que hicimos en su oportunidad, o el colectivo Repiquete Cultural, que es un grupo de jóvenes que lleva la cultura a las calles, con recitales, murgas, rap, y es un forma de ir en contra del avance del paco, que de diez años a esta parte creció mucho y se llevó a muchos amigos.

San Telmo tiene eso que no hay en otros barrios: hay gente que vive acá desde siempre, pero también mucha gente de otros lugares, y es lindo ver cómo se produce esa integración.

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