¿TODO ES ARTE?

Participamos y asistimos a un coctel cultural continuo y acelerado de TODO.

La vida privada expuesta a toda hora – los secretos de oficios difundidos a mansalva – el tiempo para madurar experiencias, trastocado por una velocidad máxima – los roles confundidos y ejercidos con total desparpajo.

¿Y cómo vive el Arte esta realidad?

Con el afán desesperado de no perder terreno cultural se acopla, sin chistar.

Y vemos así que:

Los Museos abrieron en sus propios espacios cursos y enseñan Arte con talleres variadísimos teóricos o prácticos.

Los Institutos educacionales de Arte compiten con los contenidos presentados por esos Museos, los Centros Culturales o los experimentos creativos colectivos, sin tamiz ninguno.

Si todos se autodefinen ARTISTAS y cualquiera puede serlo, en realidad, es el Mercado el que gana porque impone y comercia desde materiales para el oficio creativo, hasta contenidos audiovisuales en redes y libros específicos, reproducciones con nuevas tecnologías.

El Mercado crea previamente la necesidad de consumir y apoderarse de ese objeto que lo hace real, pero alejado del ojo y la sensibilidad del espectador.

Todo se reduce a “me gusta o no me gusta” “es lindo o es feo” – “me divierte o me aburre”.

Todo este juego se practica con el toque de lo masivo, sin cuestionamiento ninguno.

La libre expresión es el caballo sobre el que se monta todo tipo de movida estética sea buena o mala, seria, chabacana o improvisada.

El derecho a la cultura, ni yo ni nadie puede discutirlo porque es uno de los más importantes derechos humanos junto con la educación.

Pero TODO NO ES IGUAL A TODO.

Por eso, movimientos masivos NO son garantía de calidad.

Participamos en todo, rápido, exasperadamente, con la urgencia de ser vistos en redes, aplaudido, reconocido y famoso. Disfrazamos así nuestro espíritu de lucro, la fascinación por el poder y la borrachera del ego. A cambio aspiramos a obtener un reconocimiento cool, ensordecedor, que creemos duradero.

El “Pienso, luego existo” de Descartes se reemplaza, como bien lo dice Umberto Eco, por el “ME VEN, LUEGO EXISTO”.

La visión artística de la realidad crece dentro del alma para después poder abrirse al mundo exterior, enriqueciéndolo. Nunca cumple su función a la inversa.

Evitemos los cocteles donde injusticias, jet set, guerras, confort, muerte, esclavitud, consumo desenfrenado, soledad, incomunicación o pérdida de libertad, aparecen como ingredientes sabrosos, coloridos y sobre todo equiparables.

NO nos tienen que parecer iguales porque en realidad, NO son iguales … NUNCA.

El rostro humano tiene matices, no un maquillaje de un solo color.

Tenemos que mirarnos al espejo, de vez en cuando, para VER SI NOS RECONOCEMOS.

Respecto a esa coherencia, recordamos la frase del Gran Maestro Amedeo Modigliani: “Con un ojo busca en el mundo externo, mientras con otro busca en tu interior”.

                                                                       Gloria Audo

Gloria Audo

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