Tristeza y vergüenza

Todos los valores están alterados. Esta observación surge cuando la realidad nos muestra que tanto el Centro Educativo Isauro Arancibia -Paseo Colón 1318, CABA-, como la Escuela Taller del Casco Histórico -Brasil 200, CABA-, han sido “corridos” para que pase el Metrobús del Bajo.

El Isauro Arancibia recibe adolescentes y niñas/os vulnerables socialmente y aunque fue reformado en su infraestructura por el GCBA -con un presupuesto de $ 4.948.341- e inaugurado el 26 de marzo pasado, lo cierto es que el 18 de junio último -luego del temporal que hubo en nuestra ciudad- sus autoridades se encontraron con: las aulas en planta baja y subsuelo, comedor y biblioteca inundados; filtración del agua en paredes produciendo cortocircuitos y goteras en la sala de informática que caían sobre las computadoras.

Además de este episodio, legisladoras de la Ciudad -Lorena Pokoik y Paula Penacca- verificaron: una cañería rota en la pared del SUM que da al patio; al desagote fluvial le faltaban ménsulas para soportar el peso, lo que produce derrame de agua sobre el tablero de la luz; no había calefacción ya que debe cambiarse el medidor de gas. O sea que las mejoras se han transformado en “pan para hoy, hambre para mañana”.

En cuanto a la Escuela Taller del Casco Histórico, se llamó a licitación pública -N° 425/SIGAF/19- con el objeto de realizar la “Demolición Total Edificio Av. Brasil 200”, donde tiene su sede esta institución educativa, para realizar la extensión del Metrobús del Bajo hasta La Boca. El presupuesto es de $ 8.987.552. El Pliego dice: “… consiste en la demolición total del edificio… se realizará bajo los lineamientos establecidos por el Decreto municipal N°1436/46 y con el fin de cumplimentar las necesidades del proyecto Corredor Metrobús del Bajo, el cual se ubicará a lo largo de las Avda. Alem, Paseo Colón y Almte. Brown”.

La Escuela Taller, que comenzó a funcionar en 2001, es un espacio de capacitación en oficios tradicionales orientados a recuperar edificios que son parte de nuestro pasado y, a su vez, fomentar una oferta laboral capacitada para realizar esa tarea. Algunos de los docentes que dictan los cursos son los que han restaurado, entre otros: la Pirámide de Mayo; Cámara de Senadores del Congreso de la Nación y Teatro San Martín.

Estos dos notables establecimientos educativos, víctimas de su “Alteza Real” el Metrobús -que rescatan los valores humanos, la dignidad, la formación como posibilidad de progreso dentro de la sociedad-, desnudan los actuales valores de una sociedad que prefiere: cambiar colectivos por ESCUELAS, cambiar minutos de tiempo por EDUCACIÓN, cambiar imagen por PATRIMONIO.

Duele ver que la sociedad no encuentra su rumbo y entrega su destino a personas que no entienden que la vida de cualquiera se transforma con educación, no subiéndose a un colectivo para llegar antes… a veces, a ninguna parte.

Isabel Bláser