Turistificación en San Telmo:
Cómo podemos ser parte de la solución.
Soy Jimena, vecina y corredora inmobiliaria de San Telmo y quiero abrir una charla sobre un tema que nos afecta a todos los que habitamos este rincón especial de Buenos Aires: la turistificación y el desafío de mantener viva la identidad barrial en este proceso que no para de transformar el barrio que amamos. Como profesional y habitante, siento que la responsabilidad de encarar esta transformación va mucho más allá de cerrar operaciones; se trata de cuidar el espíritu de San Telmo sin frenar su evolución.
Para mí, San Telmo es más que un barrio. Es un entretejido de historias, de tradiciones que están ahí, en sus adoquines, en esas fachadas antiguas que guardan secretos de otras épocas. La turistificación nos ha traído mucho: movimiento, visibilidad, una especie de revitalización en algunas áreas que, sin el impulso turístico, quizá hubieran quedado en el olvido. Pero con cada hotel boutique nuevo, cada alquiler temporario que aparece, siento que estamos ante una presión que nos desafía y mucho. Este cambio nos da beneficios, aunque también nos plantea problemas que no podemos ignorar.
Turistificación vs. identidad barrial: ¿Dónde tazamos la línea?
Cada vez que pongo una propiedad en el mercado, me pregunto dónde queda ese equilibrio tan frágil entre lo turístico y lo local. San Telmo no es solo una ubicación, es una pertenencia, una red de relaciones y costumbres que se resienten cuando alguien simplemente lo ve como un atractivo turístico. Nuestro trabajo va más allá de la transacción, es construir un puente para que los nuevos habitantes, sean vecinos permanentes o temporarios, conecten con este pulso y lo respeten. La turistificación nos permite revitalizar el barrio, sí, pero también hace que me pregunte cómo podemos evitar que San Telmo se convierta en un simple “escenario” en lugar de un espacio genuino, con vida y ritmo propio.
Mostrar una propiedad en San Telmo no es solo hablar de metros cuadrados o decorados. Quien busca vivir acá, aunque sea por un tiempo, necesita entender el barrio, y mi rol es transmitir que San Telmo no es una atracción turística. San Telmo es algo que se habita y se respira a diario, en cada esquina, en cada saludo al vecino.
La conexión con el entorno: más allá del turismo
En la diversidad de usos de los espacios creo que está la clave. No todo tiene que transformarse en alquiler temporario; a veces, encontrar un equilibrio es simplemente abrir una conversación sincera con los propietarios. Con ellos podemos llegar a acuerdos para que este barrio no se llene de puertas cerradas o propiedades ocupadas por visitantes que no se mezclan con los vecinos de siempre. Cuando alguien llega a San Telmo, me gustaría que lo viva como una experiencia inmersiva, con respeto por el entorno que los recibe, no como un simple paseo sin compromiso.
Mi misión como corredora en este barrio es asegurar que quien se acerque entienda que acá, cada propiedad es una pieza en un tejido vivo. Cada inmueble cuenta una historia que en parte la relato cada vez que lo muestro y con cada cliente que acompaño me esfuerzo para que perciba esa mezcla de pasado y presente que define este lugar. San Telmo no es un museo, es un barrio lleno de vida y quiero ser parte de esa conversación constante entre sus calles, sus vecinos y quienes llegan.
Hacia un modelo de crecimiento respetuoso
Me gusta pensar que la turistificación puede ser algo más que una amenaza. Si hacemos las cosas bien, podemos promover un crecimiento que valore la historia y respete la identidad de San Telmo. No se trata de frenar el cambio, sino de acompañarlo de la mejor manera, con acuerdos que favorezcan la convivencia y una oferta que contemple el uso variado de los espacios. Esto nos permite valorar al turista, sí, pero también proteger a quienes son parte de la comunidad de siempre.
San Telmo es un barrio de lazos humanos, un lugar donde la red de relaciones le da sentido a cada esquina. En cada operación inmobiliaria, cada vez que abro una puerta, me pregunto cómo podemos lograr que el barrio crezca sin perder su esencia. Quiero que cada persona que llega a San Telmo encuentre algo más que un destino atractivo; que descubra un lugar con un abrazo auténtico, con esa sensación de pertenencia que solo se logra cuando uno se siente parte.
Un espacio para encontrarse y habitar profundamente
Quizás, en un mundo que se acelera sin frenos, San Telmo sea uno de esos lugares donde aún es posible encontrar calma y sentido. Esa es mi misión: acompañar su crecimiento sin que pierda su alma, dejando que siga siendo, siempre, un rincón donde lo eterno y lo efímero se encuentran. Cuando abro una propiedad aquí, no estoy ofreciendo solo una transacción, estoy invitando a alguien a sumarse a una comunidad que sigue apostando por lo que realmente importa: el vínculo humano, la pertenencia y esa red invisible que tejemos todos los días en cada esquina.
Jimena Amaya
www.casarelato.com
IG: @jamaya.inmobiliaria