Una iniciativa para conectar la escuela al cuidado del espacio público

Trabajo práctico del Instituto Integral del Sud

Trabajo práctico del Instituto Integral del Sud

Involucrar a los chicos

“San Telmo Cuida” es un proyecto piloto gestionado por vecinos convocados por El Sol de San Telmo, quienes trabajamos durante la segunda mitad de 2010 con los alumnos de la escuela primaria Guillermo Rawson.

El proyecto se llevó a cabo en distintas fases: la primera fue un intercambio de ideas con los alumnos de sexto y séptimo grado sobre la problemática de la basura y el descuido del espacio público, y reflexionar sobre formas de prevenirlo o arreglarlo. “Esta parte fue de concientización acerca de la problemática”, cuenta Marta Tonello, una de las docentes a cargo del proyecto. Además del trabajo de los maestros en sus clases, varios vecinos visitamos la escuela para traer nuestras experiencias a las charlas.

En mi caso, dibujé el barrio sobre el pizarrón y cada alumno aportó los problemas que veía en él. Luego propusieron soluciones, desde pañales para perros hasta tachos de basura fabricados con una mini-alarma para no olvidarse de sacar la basura a horario; desde la separación de basura hasta el asco que causa levantar la caca del perro. La frescura y creatividad de sus ideas fue llamativa y un recordatorio de la energía valiosa de la mirada infanto-juvenil.

La segunda fase fue un “safari fotográfico”, en el que los alumnos salieron al barrio a sacar fotos con la consigna de buscar lo que les gusta y lo que no les gusta en su entorno. De esta manera, los chicos pudieron crear un archivo visual tanto del problema como de la solución del cuidado del espacio público.

Después del safari fotográfico, se coordinó una visita de la empresa Cliba al colegio para hablar con los alumnos. “Organizamos una charla instructiva con los chicos de sexto grado donde analizamos juntos cada foto que ellos tomaron, y les mostramos en cada imagen la incidencia de las conductas ciudadanas, contándoles las normas, las responsabilidades y soluciones para cada caso (por ejemplo dónde tirar escombros; o el 107, el número de teléfono para llamar en el caso de una foto de un auto abandonado)”, cuenta Gabriela Anania, gerente de Relaciones con la Comunidad y Comunicaciones de la empresa.

Alumnos de la Escuela Rawson en el Safari Fotográfico de San Telmo Cuida. Foto: Carolina López Scondras

Alumnos de la Escuela Rawson en el Safari Fotográfico de San Telmo Cuida. Foto: Carolina López Scondras

Después, respondiendo a la curiosidad de los alumnos, la empresa los invitó a visitar el Centro Verde de reciclado que opera la cooperativa de recuperadores urbanos El Ceibo. Dentro del programa del GCBA “Escuelas Verdes” (lanzado en junio), tachos especiales de separación de residuos fueron entregados a la escuela, dándoles la posibilidad de poner en práctica muchas de las ideas que venían hablando. Dice Alejandra Gómez, la nueva directora del Rawson, que “ahora toda la escuela separa los papeles. Se empieza a armar el círculo”.

“Los chicos son conscientes de que la situación se tiene que cambiar y saben que es a través de ellos que va a pasar. Se habló mucho de responsabilidad y de propuestas para el cambio”, dicen María Esther Quinteros y Vanina Giacollo, docentes involucradas en el proyecto.

Trabajando con las fotos que sacaron, los alumnos crearon carteles enfocados en distintas prácticas relacionadas al cuidado del espacio público. Uno muestra un barrendero de Cliba limpiando la vereda para resaltar la importancia del rol del Estado (y las empresas que contrata). Otro muestra una plaza de la avenida San Juan destacando sus malos olores y suciedad (“no me gusta”), otro tiene un grafiti con una sugerencia: un cartel que dice “yo autorizo arte en mi pared” (“me gusta”) o basura sacada fuera de horario, y tapando una rampa para discapacitados (“no me gusta”).

“Cuando el alumno arma un trabajo que te sugiere: ‘Esto es lo que yo entiendo que hay que hacer’, vos tenés que dejar eso. Está bueno, porque es el trabajo del chico sin la mano del adulto, desde su propia mirada”, rescata Gómez.

Por último, se armó una muestra con los carteles. Primero se expuso dentro del colegio y luego en la Plaza Dorrego (gracias a Pablo Ortiz, el presidente de la Asociación de Amigos de la Plaza Dorrego) para seguir con la idea del diálogo entre la escuela y el barrio.

“Me encanta el proyecto en sí, pero más el trabajo con la asociación barrial -resume Gómez-. Es abrir la puerta de la escuela, que la escuela no sea una isla sólo para los chicos. Que puedan salir a trabajar con la comunidad y que la comunidad pueda entrar a la escuela me parece maravilloso, para que se vea que la escuela no sólo significa 2 más 2 es 4, sino que un montón de otros saberes importantes, como la formación de valores de las personas, como ciudadanos con pensamiento crítico”.

—Carolina López Scondras, www.santelmolimpia.blogspot.com


Paralelamente, el jardín de infantes Instituto Integral del Sud estaba preocupado por el mismo tema. Motivados por las preocupaciones de los padres y de vecinos como Graciela Fernández, directora de la agrupación Mirador del Lezama, que se dedica a la recuperación y el cuidado del Parque Lezama, las maestras salieron con los chicos a sacar fotos del estado del parque y reflexionar sobre cuestiones del cuidado del medioambiente en la aula.

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