¡Vamos al cine!

Hoy vamos a hablar del cine. Del cine y de la gente que trabaja en ellos. ¿Cómo es esto? Bien, comenzamos contando que en San Telmo no tenemos cine, de los tradicionales, aunque alguna vez los tuvi-mos. Fueron tres, el Cecil -Defensa al 800-; el Gardel -Bolívar al 1100- y el San Telmo -Chacabuco al 900.

Bueno, el llamado progreso o lo que sea, los fue sacando de circulación y, en esa circulación… desaparecieron. Pero ¡ATENCIÓN! Porque hay un barrio vecino, que tal vez por sus características es de “tránsito” o “de paso” (hablamos de los alrededores de la estación del ferrocarril), pero que en medio de esa vorágine y como escondidito de la masa humana… ¡tiene un cine! Sí señores, en Salta 1620. Un cine aparentemente pequeño pero con tres salas perfectamente equipadas, hermo-sas butacas, precio bajísimo y hasta un barcito donde se puede compartir una mesa. Y algo más. Allí trabaja Beatriz Nieto Ibar-bangoitía. Bueno, Bety para los conocidos ¿Quién es Bety? Lo que llamamos la “mujer orquesta”. Bety atiende el bar y te sirve un café, Bety colabora con la boletería cuando es necesario, Bety ayuda al proyectista, Bety entrega los programas al entrar a la sala, Bety te alcanza un pullover cuando earte-cinemal aire acondicionado está muy bajo y no tolerás el frío y Bety te lleva un cortado cuando estás viendo la peli y no tuviste tiempo de tomarlo antes.

Todo lo hace con la buena voluntad de los que viven como un deleite el confortar al otro ¡Bien por Bety! Sentimos que estas breves líneas de recono-cimiento, dignifican la tarea de tantas per-sonas que, como ella, hacen de su trabajo un acto de servicio con amor. Por eso los santelmeños saludamos a nuestra vecina de Constitución con un profundo abrazo, agradecidos por su buena vecindad.

Lilita Vives 

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