Vecinos que no nos resignamos
Un tema recurrente + una solución que no llega + un juez que no resuelve =
El 17 de enero de 2014, el diario La Nación -uno de los tantos medios que se ocuparon del problema- publicó una extensa nota firmada por Carla Kammann, a quién agradezco que vuelva a poner en el tapete el tema que tocáramos oportunamente sobre nuestra “hermanita perdida”, relacionada a la plaza de San Juan 650 usurpada desde hace 22 años. Entre otros conceptos, dice en su artículo: “Crece un asentamiento en una plaza en pleno barrio de San Telmo. Desde 1991 el predio está ocupado por cartoneros; viven en estructuras precarias y reclaman un subsidio a la vivienda para irse; los vecinos están resignados”.
¡¡Reclamos por la Plaza Cecilia Grierson, una vez más y van…!! Con todo respeto a quien escribió esta nota manifiesto que, COMO VECINA, no estoy nada resignada. Todo lo contrario. Pero sigamos el relato publicado: “El vocero del Ministerio de Espacio Público del Gobierno de la Ciudad dijo… que ´los problemas de las plazas son competencia de cada comuna, desde este sector no se puede hacer nada. No tenemos facultad para accionar´. Por su parte, la presidenta de la Comuna 1, Cristina Brunet, aseguró que la posibilidad de recuperar el espacio verde por la vía judicial ´quedó trunca, en tanto el juez de turno no resuelva cuanto antes el amparo […] para poder proceder definitivamente a la restitución y puesta en valor de dicho espacio verde, para ser utilizado como corresponde por todos los vecinos…Esperamos que el juez resuelva cuanto antes, ya que es un tema que lleva más de 20 años […]´. Concluyó Brunet”.
Además de leer el artículo, quisimos oír lo que piensan los que están más cerca, en la misma cuadra. En el garage de San Juan 680, nos recibe Jorge y nos pregunta: “¿Qué pasa con esta plaza ahora, que todos vienen a preguntar? ¡Vienen de radios, diarios y ahora ustedes!” (aunque debemos decir que El Sol se ha ocupado y preocupado del tema desde hace años -ver www.elsoldesantelmo.com.ar, ediciones anteriores-). Y fastidiado agrega: “¡Cómo están con eso!”. Aún así, le preguntamos cómo es la relación con los habitantes de la plaza y dice: “Antes venían a pedir el baño, el agua…pero ahora solo les damos agua. Porque los baños los dejaban a la miseria y los clientes se quejaban. Lo peor es a la noche, hay corridas, botellazos, peleas. Por acá ya cerraron muchos negocios”.
Pudimos corroborar lo que nos contaba Jorge. Sobre la esquina de Chacabuco y San Juan, hay 3 locales con cartel de venta: Chacabuco 1208, 1214 y San Juan (s/n) al 600. También el de San Juan 610, no identificado con carteles, que solo exhibe unas cortinas sucias de tela a cuadros; en el 612 está instalado un kiosco, cerrado por problemas de habilitación; en el 614 funciona un centro de estética que solo abre después de las 17hs.
Hablamos con Ernesto (no nos dijo su apellido), jubilado de Tribunales y vecino de Chacabuco al 1300, quien lleva su perro a la plaza Cecilia Grierson y lamenta que el lugar haya perdido el espacio y los juegos para niños con los que contaba. Siente “tristeza frente a las diferencias sociales, las circunstancias y las necesidades que llevan a las personas a vivir en esas condiciones”, pero reconoce “que hay responsables”. Piensa que “muchas de esas personas nacieron como producto de tres generaciones de desocupación y abandono”. Cree que “no hay lugar a paliativos, la solución que se dé, deberá ser definitiva”. Destaca que “el sitio en cuestión y todo San Telmo se han vuelto muy inseguros, tanto de noche como de día. Y los domingos andan ´los motochorros´, a pesar de que se ve circular a la policía”.
Y llegamos a la esquina de San Juan y Perú, a la mercería “Piscis”, atendida por Julia desde hace 10 años. Ella conoce muy bien lo que es la necesidad, crió a sus cinco hijos sola desde muy joven. “La plaza era hermosa, mi nietita que ya tiene 17 años venía de la escuela y se iba solita a jugar a la plaza, pero ya no hay juegos y ¡Esa gente…. yo no sé…!. Hay una señora que está hace un año o dos, ahora está con unos borrachines en un rincón. Cada tanto la echa el que se metió hace 22 años y que vive en la casita. Porque ese les cobra alquiler a los cartoneros. Si no pagan los echa, yo los he escuchado decirlo, cuando se sientan debajo del toldo de mi negocio”. Julia se pregunta: “¿Cómo se llega a eso? Tienen TV, heladera y no sé cómo se arreglan, porque agua y baños no hay. Cada vez son más, a veces hay entre 20 y 50 personas viviendo ahí. La policía viene y actúa solo si hay fuego, si no no pasa nada. Cuando se pelean y prenden colchones, cartones o cualquier cosa, vienen con los bomberos, apagan todo, se van y todo vuelve a ser igual”.
Pero por más opiniones y vueltas que le demos, lo que es ilegal, es ilegal. Nos acostumbramos tanto a convivir con situaciones de ilegalidad, que ya ni nos sorprende, ni nos empuja a reclamar lo que es justo, lo que está escrito en la ley.
Al Sr. JUEZ DE TURNO: los vecinos de San Telmo hemos demostrado tener paciencia y mucha ¡Más de 20 años de paciencia! Su obligación es hacer cumplir la Constitución Nacional y las leyes vigentes inspiradas en ella. Por favor, RESUELVA YA, antes de que la paciencia se agote y dé lugar a la intolerancia.
Los ciudadanos comunes, que no nos resignamos, no tenemos esa facultad.
María Ángela Varela