Vicki Otero: diseñadora y vecina del barrio

Vickiotero. Foto: Lisandro Gallo

Vickiotero. Foto: Lisandro Gallo

Su marca no podría llamarse Victoria Otero. A ella le va mucho mejor Vicki. Mínima, sencilla, dispuesta y sonriente, poseedora y creadora de uno de los nombres más reconocidos dentro del diseño independiente argentino, se sienta a tomar un café con Telma para hablar de su reciente tienda en San Telmo, de sus inicios y de su actualidad.

Tras haber vivido un tiempo en el barrio, Vicki Otero ya conocía sus encantos y particularidades y el hecho de abrir su segundo local en la zona (el primero se ubica en Palermo), se dio como muchas cosas en su vida: “por decantación instintiva”. Un desafío que reconoce como “una incógnita cuya respuesta llegará con el tiempo”. El escenario que presenta el local es acorde con la propuesta de las prendas que exhibe. Y el estilo de éstas traduce una intención sostenida y concreta: “sobrio, austero, pero con un toque de distinción. Mucha presencia de blanco, algo de madera y un despliegue de rojo y negro sobresale en el fondo”.

Veamos qué hay más allá del cartel, la tela y el telón.

“De niña, mi postal más cotidiana era estar en un taller junto a mi mamá cosiendo a máquina. Ese lugar resultaba tan familiar como mi casa. A la hora de elegir una carrera, me incliné por medicina siguiendo los pasos de mi hermana. Justamente, el ingreso se hacía en Ciudad Universitaria, donde también se cursa la introducción a Diseño. Allí me interioricé en esta carrera que combinaba un oficio conocido con el dibujo y lo conceptual, cosas que siempre me fascinaron. Cambié el título de doctora por el de diseñadora”. Mamá, feliz y su hermana médica hoy es su socia.

Empezaba la primera década del 2000 y, habiendo trabajado en diferentes empresas como diseñadora, Otero decidió dar paso al ser independiente. “Tenía cero proyecto de marca, pero tenía una idea. Siempre me había gustado la sastrería, sus terminaciones y detalles. Entonces, solía usar sacos sastre del lado del revés. De ahí, se me ocurrió hacer prendas llevando el revés al derecho. Hice una muestra y la mandé al sastre de mi mamá. Cuando el saco volvió, supe que había encontrado lo que quería hacer en mi vida. Con la base de ese saco hice un tapado, un chaleco, una falda, una camisa y una remera. Levanté el teléfono, llamé a la gente del BAF (Buenos Aires Fashion Week) y les dije que tenía una mini colección. Les encantó”.

Desde entonces, “me instalé en la cabeza de mucha gente a partir de una sastrería que rompe con los esquemas tradicionales. Pasaron los años, experimenté diversidad de materiales y texturas, desde neoprenes hasta metales, siempre con la sastrería como premisa”.

Si bien, desde hace un tiempo, decir Vicki Otero es sinónimo de imagen de marca consolidada, para su realizadora recién hoy es posible definirla en esencia: “se trata de una mujer sencilla, austera, sofisticada. Generar una prenda que represente todo eso me hace feliz. Lo bueno de la experiencia es que ya no tengo dudas de lo que quiero y de cómo plasmarlo en la tela. No me interesa ser super moderna y actual. Me encanta que haya una vuelta al pasado, rememorar la época en que las mujeres de aldea se vestían con su mejor ropa para ir a la feria del pueblo. Humildes, pero elegantes”.

Así como hubo una época que propició la creatividad emergente del diseño, analizando los tiempos actuales, la diseñadora afirma que es muy difícil sostener el proyecto de ser independiente. “La crisis es ahora. En 2001 el país se caía pero nuestra generación de diseñadores explotaba. Hoy, la mayoría está mal económicamente, son muy pocos los que pueden abrir un local. En mi caso, esta temporada de verano resignaré hacer un desfile en el BAF porque prefiero invertir en un buen plan de venta por mayor y en mercadería para armarme más desde la parte comercial, y no tanto en la presentación y en la imagen de la marca. En Argentina, aún no existe ninguna plataforma o institución sólida que nos aúne y nos comercialice. Cada uno va haciendo lo que puede con lo que va construyendo de a poco. Es un trabajo de hormiga. Todo muy a pulmón”.

Así: humilde, austera, con las manos, las ideas, el tiempo, el sudor, la osadía y el riesgo; con certezas e incertidumbres pero con elegancia, Vicki toma el último sorbo de café.

Información:

Vickiotero

Carlos Calvo 416 Tel. 4300-8739

www.vickiotero.com.ar

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