“Yo digo que es un tesoro de oro y plata tu corazón …”: El peso de la economía de tango en San Telmo

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Las palabras del título de esta nota provienen de una milonga de Homero Manzi—“Oro y plata”. Por supuesto que el “corazón de oro y plata” al que se refieren la letras es el de una mujer que traiciona a un hombre por dinero. Pero las mismas palabras pueden aplicarse al tango. Porque la música más característica del Río de la Plata se ha convertido en un motor económico para Buenos Aires, en parte porque el turista llega aquí ávido de experiencias tangueras. De ahí la oferta de espectáculos, tours, alojamiento temático, cursos, milongas, regalos, indumentaria, discos, etcétera.

El tango se ha convertido en un bien cultural que genera réditos impresionantes y miles de empleos. Una investigación de la Ciudad, editada hace poco en forma de libro, “El Tango en la Economía de la Ciudad de Buenos Aires”, estimó que el tango genera unos $406 millones por año (las cifras son en pesos).

El rubro que más incidencia económica tiene es el de cena-shows. Éstos generan casi la mitad de la actividad, en parte gracias a los altos precios “dolarizados” que se cobran a los turistas. Según los datos, el gasto promedio por persona en un espectáculo es 150 pesos, y los precios ya alcanzan “valores similares y en algunos casos hasta superiores al periodo de la ‘convertibilidad’”, según el estudio.

La investigación la llevó a cabo el Observatorio de Industrias Culturales (OIC), que dirige Fernando Arias, vecino de San Telmo. Este observatorio es parte de la innovadora Subsecretaría de Industrias Culturales liderada por Stella Puente.

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San Telmo y la industria tanguera
Arias señala que mientras las milongas están diseminadas por toda la Ciudad, los shows tienen más peso en ciertos barrios, entre ellos San Telmo. “Los espectáculos de tango están concentrados en el centro y zona sur”, dice Arias. El estudio incluye un listado de tanguerías y cafés donde se ofrecen espectáculos de cena-tango. De los 40 lugares censados, siete se encuentran en San Telmo, más que en cualquier otro barrio. Hay otros seis sitios en Monserrat.

Claro que esta lista deja afuera muchos sitios, porque la oferta de tango shows crece exponencialmente, al mismo ritmo que el turismo extranjero. Según Tomás Barnfather, gerente del Viejo Almacén en Balcarce y Independencia, “Buenos Aires tiene todas las noches más de 3.000 visitantes que desean ver un espectáculo de tango. En alta temporada turística—de octubre a marzo—cuando también llegan los cruceros, la cifra puede llegar a triplicarse”.

El estudio no hace cómputos por barrio. Pero si se pone la cifra conservadora de un 20 por ciento de estos visitantes asistiendo tango-shows en San Telmo o Monserrat, se puede estimar que en una noche cualquiera se genera $90.000 en estos dos barrios.

También son económicamente significantes las milongas (generan $28.500.000 anualmente), que son de público tanguero mayoritariamente local aunque con participación de extranjeros. Una tendencia que recalca el estudio es que gran número de jóvenes se han sumado a la onda tanguera en los últimos años.

No quedan afuera del análisis económico las academias, orquestas, radios, discográficas y editoriales y se menciona a los recitales (también para público mayoritariamente local) en espacios como dos de San Telmo, el Centro Cultural Torquato Tasso (con una rotación constante de los más reconocidos artistas de tango) y La Trastienda, donde suele tocar la Orquesta Típica Fernández Fierro. El libro también hace mención del tango electrónico como una tendencia que empieza a madurar.

La Mansión Dandi Royal, en Piedras 922, es destacable por juntar, bajo un sólo techo, casi todos los rubros mencionados por el estudio: alojamiento, espectáculos, clases, y milonga. Allí, la bienvenida a los turistas que llegan del aeropuerto suele hacerse con música de bandoneón en vivo.

Autenticidad y futuro
El estudio se aventura a interrogar la autenticidad de esta eclosión de la industria del tango. ¿No sería que la oferta orientada hacia el turista está socavando el vigor del género o aplastando su futuro como genuina y viva expresión porteña?

Se admite que el turista pide espectáculos fáciles de “digerir” que abundan en clisés, y que la creciente demanda no necesariamente crea espacios para músicos serios. Como dice Fernando Finvarb de la Academia Nacional del Tango: “El turista del tango viene a consumir el imaginario, no se pone a estudiar. Se quiere llevar la tacita y el espectáculo, el empresario le da eso, no otra cosa”.

El estudio concluye apostando por la fuerza de la escena tanguera under y la juventud: “La innovación artística no ha sido por el momento considerada la clave del éxito … Es preciso dar espacios a ese ‘reservorio underground’ de enorme potencial creativo y expresivo que se intuye en nuevas generaciones”.
—Marcelo Ballvé

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