Yo me comprometo, vos te comprometés ¿ellos se comprometen?

Familia comprometida: el recurso secreto en la educación de los hijos

Como directora de una escuela pública, soy parte de este triángulo (¿amoroso?) que tiene por vértices a docentes, alumnos y familia (lo que llamamos comunidad educativa).

Tal vez muchos pensarán que me estoy olvidando de algo muy importante: el rol del Estado. No es que no lo considere, por el contrario, solo que soy una convencida -luego de casi 25 años de trabajo en la docencia- de que la escuela pública solo puede sostenerse con un verdadero compromiso entre esas tres partes, que va más allá de cualquier política educativa vigente, debido al gran poder de resistencia que tenemos los involucrados.

En este caso me gustaría detenerme en el compromiso de los padres con la escuela, por ser la gran problemática actual que pone en serio riesgo a la educación pública.

La investigación demuestra que un entorno hogareño, en el que se fomenta el aprendizaje, es aún más importante que los ingresos, el nivel de educación o los antecedentes culturales de los padres. Al participar activamente en la educación de sus hijos, tanto en el hogar como en la escuela, los padres envían un claro mensaje a sus hijos. Les demuestran que se interesan por las actividades que realizan y refuerzan la idea de que la escuela es fundamental para su desarrollo como individuo.

Siempre tuve como objetivo dirigir una escuela de puertas abiertas, que se abra permanentemente a la comunidad. Que el afuera entre, para construir en el adentro. Triste y paradójicamente, veo a diario cómo los padres se hacen tiempo para la queja, el enojo o la disconformidad, pero cuando son convocados para una reunión, para una Asamblea Anual de Cooperadora (tan importante para el buen funcionamiento de la institución) o para compartir una clase o jornada educativa con sus hijos (por ejemplo, nuestro proyecto huerta), su ausencia es más que notable. Es allí cuando no hay tiempo para nada o, mucho peor, no hay interés.

La realidad es que algunos padres tienen más tiempo que otros para colaborar, pero es importante que, aún los muy ocupados, examinen sus prioridades y traten de disponer de algo de su tiempo, aunque sea poco, para estar presentes en las actividades de sus hijos. Para eso estamos intentando habilitar horarios más flexibles, para que los padres que trabajan tengan más opciones.

Decálogo para padres comprometidos

  • Que nuestros hijos asistan diariamente a la escuela y hacer que respeten los horarios de entrada y salida.
  • Hablar con ellos sobre la importancia del esfuerzo, para el logro de buenos resultados.
  • Ayudarlos y acompañarlos, según sus necesidades.
  • Hacerles saber que todos confiamos en sus capacidades para aprender.
  • No hablemos mal de los profesores delante de ellos. Cuando detectemos un problema, comuniquémonos directamente con los docentes.
  • Tratemos de participar en las actividades que la escuela nos convoque.
  • Demostremos interés por todo lo que aprenden nuestros hijos en el colegio e intentemos que lo apliquen en la vida diaria.
  • Asistamos a las reuniones en la escuela, donde seamos convocados, dispuestos a hablar, escuchar y ser escuchados.
  • Compartamos con nuestros hijos lecturas, tareas, juegos o charlas, en algún momento del día.
  • Seamos protagonistas y defensores de la educación pública de calidad.

La educación tiene que ser equitativa y, para eso, todos tenemos que ayudar a lograrlo; por el futuro de nuestros hijos y desde nuestro lugar.

Claudia Lentini-Directora Esc. 1 D.E.3°

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